Acompañará al traductor y antólogo la periodista y poeta Esther Peñas
La poesía de Boye fue calificada, ya en vida de la autora, de fría y abstracta. No deja de ser extraña esa calificación en el caso de una escritora cuya fuente de inspiración habían sido siempre escritores que propugnaban una batalla contra el racionalismo moderno y buscaban investigar en fuerzas interiores irracionales: Schopenhauer, Nietzsche, Freud, los surrealistas; su vida misma se vio zarandeada por intensísimas conmociones psíquicas y espirituales.
La poesía de Boye sorprende por su contenido existencial, de búsqueda de sentido a veces en un plano religioso y otras en un plano claramente laico; eso la hace muy distinta a la obra de otros escritores coetáneos suyos. La presencia de una escisión interior es muy habitual en sus poemas, producida por algún conflicto interior, moral o espiritual.
La traducción contiene los cuatro libros de poemas publicados en vida por Karin Boye y el libro póstumo ‘Los siete pecados capitales y otros poemas póstumos’, editado pocos meses después de su muerte. El traductor, Jesús García Rodríguez, ha utilizado las ediciones originales de la editorial Albert Bonnier. También ha pretendido la fidelidad al texto por encima de cualquier tentativa de interpretación, pero naturalmente sin prescindir de una forma poética que transmita y reproduzca la belleza de los poemas originales. Es por ello, que ha renunciado a la rima para hacer el texto más legible al lector moderno.
Karin Boye nació en Gotemburgo, Suecia, y se mudó con su familia a Estocolmo en 1909. Estudió en la Universidad de Upsala desde 1921 hasta 1926. Su primera colección de poemas fue Nubes (Moln, en sueco). Mientras estuvo en Upsala y hasta 1930, Boye fue miembro del grupo socialista Clarté. Entre 1929 y 1934 Boye estuvo casada con otro integrante del grupo Clarté, Leif Björck. En 1932, después de separarse de su esposo, tuvo una relación con Gunnel Bergström, quien dejó a su esposo Gunnar Ekelöf por Boye. Boye se suicidó tomando somníferos después de abandonar su casa el 23 de abril de 1941. Según los informes policiales de los Archivos Regionales de Gotemburgo, fue encontrada yaciendo en una roca, en una montaña con vista hacia Alingsås, cerca de Bolltorpsvägen, por un granjero que estaba dando un paseo. En el lugar existe hoy un monumento conmemorativo.