En 88 fragmentos + 22 esquirlas José Luis Gallero nos muestra el sentido del largo camino de nuestro perifrasear, lo esencial y la esencia del lenguaje, las palabras liberadas de su juego retórico y del hechizo mercantil «El sentido secreto de las cosas es inseparable del misterio que las hace transparentes. Cuanto más intensa la certeza de haber adquirido un conocimiento profundo, más insondable se revela el enigma». «Fragmento» es lo que queda tras un reto estoico perpetrado al lenguaje. «Una doble prueba: la de la precisión y la de la resistencia». La misma forja de las palabras ofrece claves del comportamiento al sujeto. Incluso, conducida a lo imprescindible, la palabra sólo adquiere sentido como conducta que pregunta (Javier Arnaldo), porque no hay línea de meta en ese acuerdo de mínimos que es la escritura indispensable.
A estos pre-textos, abiertos a una vitalidad resistente hará de telón de fondo la fiesta de los marcapáginas, seña y símbolo de los diez años de vida que Enclave acaba de cumplir, entre el cariño de muchos amigos y amigas y la colaboración de las editoriales y librerías que han querido dibujar su sensibilidad y afecto, con la cariñosa coordinación de José Luis Gallero. Rocío Areán ha diseñado para la ocasión el cartel que reúne los marcapáginas, a cuya realización han colaborado editoriales y librerías amigas.
No hace falta agitar fantasmas del pasado o leer la realidad desde el mismo bando ideológico, la involución global del naziliberalismo salta a la vista sin tapujos. Es el producto de la avaricia cruel de los ricos del planeta y de la ignorancia apática y narcisista de los siervos, de la sangrienta carrera de poder y del desprecio por cualquier verdad y sensibilidad. Pero, cuanto más empuja la tensión a la homogeneidad, tantas más contradicciones y grietas amenazan las bases de esta máquina brutal: aparecen a la vez los signos de la insurgencia global, resistencias fuertes y fluidas toman cuerpo en Latinoamérica, Francia, Hong Kong, Iraq..., sin miedo y sin otro rumbo sino el del rechazo y la destitución de un sistema que desde hace tiempo se separó de la vida.
Un nuevo saber deberá ser capaz de dotar la información de herramientas autocríticas y compartidas, para que ninguna dictadura universal uniforme y aplaste un mundo que asumió la vigilancia de sí mismo como exorcismo inútil del miedo y de la muerte. Sin embargo, aquí y ahora es la única liberación posible. Que haya polimorfismo, diferencia, diálogo y conflicto, técnica y tecnologías comunitarias, sujetos y objetos, animales y plantas, híbridos, ciborgs, mutantes, y géneros infinitos. Y respeto, dignidad, apoyo, cuidados y amor, principios y mediaciones infinitas. Valores y no valor.
