Acompañan a la autora Mar García Lozano y Paco Carreño Espinosa
Lo personal, cuando surge, se expresa en la existencia vocal, que siempre dice algo distinto de lo que dice, de lo que intenta decir. Si la palabra "persona" procede del verbo latino per-sonare, es porque cada voz resuena en una afinación distinta, inclasificable, indelegable culturalmente. Por eso la poesía, sus modulaciones, está por todas partes, no solo en los versos del poeta. También el canto, que sería la virtud tonal de cualquier cuerpo, aunque no sepa cantar.
Intento por tanto en estas páginas perseguir el silencio como vía del deseo, siempre insubordinado. No como mutismo sino como una especie de espectro sonoro que me permite leer lo que no está escrito. A la manera de un vacío que nos es común, a pesar de la típica obsesión por explicar y clasificar, cifrar y llenar. El mundo existe también en sus grietas y desarmonías, en las de cada experiencia, y no hay articulación social que pueda con esa corriente. Ninguna gramática que la pueda abarcar. Nada que nos salve de los juegos de voz que emiten las vidas al existir. De ahí la escritura de Joyce:Loud, heap miseries upon us yet entwine our arts with
laughters low!
Ha he hi ho hu.
Mummum.