Se trata de unas veinte obras
que competiremos en Enclave durante dos semanas, para disfrutar de un pequeño sensorium
colectivo y ofrecer a Rashid un espacio de liberación del exotismo y del
folclore, que son los filtros que los países “avanzados” utilizan normalmente
para desactivar una gozosa lectura corporal de la representación “otra”.
"Mis cuadros están realizados con pigmentos tradicionales
procedentes de mi región de origen, Asilah, en Marruecos. Se trata de la
misma materia prima que se emplea para pintar los
muros, las puertas y las ventanas de la medina. Aparte de los
pigmentos más habituales utilizo directamente algunos elementos
naturales, como pimentón, azafrán, barro o café. Aprendí los trucos del
oficio en la calle, frecuentando la compañía
de algunos pintores y artistas de la ciudad, de la misma manera que
aprendí a tocar los timbales y la guitarra con la gente del lugar. Lo que
se inició de manera casual se ha ido convirtiendo poco a poco en una necesidad,
y es ahora mi canal de expresión y un instrumento para seguir
sintiéndome libre. La técnica
que empleo responde a una interpretación, a una amalgama más o menos
personal de los conocimientos adquiridos en aquel entonces. En Asilah, la
pintura es un placer generalizado y compartido, casi una manera
de ser en la que la maestría, la maña y la imaginación se
dan la mano y son patrimonio de todos. Espero que algo de este espíritu
pueda percibirse en las obras expuestas.
Vivo
actualmente en Madrid, y me siento feliz
de compartir estas pinturas de los últimos años con el
público de aquí."