La autora estará acompañada por Juan F. Rivero
Lola Nieto alquiló una casa en Kioto. Estudió el idioma,
escuchó el canto de los pájaros en el jardín abandonado del vecino y oyó el
escupitajo de un anciano que cada mañana pasaba junto a su puerta. Allí, tras
paredes correderas de papel y sobre los suelos de tatami, habitaba un espacio
situado entre dos reinos sonoros. Se movía entre el español y el japonés al
igual que las itako las chamanas ciegas que viven en
el antiguo volcán de Osorezan van y
vienen del más allá para hacer hablar a los muertos.
La isla desnuda nos embarca en una travesía de ida y vuelta: nos adentra en los
kanjis; los santuarios del shinto y sus rituales; los daimones, las chamanas y
los kami; las atrocidades que recorren la historia de Japón así como su teatro,
su cine y su literatura. Y nos devuelve a una lengua materna, contaminada y
extrañada, en la que de los sonidos de las palabras brotan racimos de
significados impensables. En estas páginas, la escritora contorsiona el
lenguaje y deshace su historia hasta invocar el origen de cada término.
El resultado es un encantamiento en el que resuena el dolor
por la enfermedad del padre, la ternura y el silencio.
La palabra de la autora cae en la página como una piedra en un río. La
reflexión, el diario y el poema se congregan aquí como las ondas concéntricas
que se dibujan sobre la superficie del agua. La precisión, la plasticidad y la
imaginación auditiva que Lola Nieto combina en esta obra delicadamente
monstruosa la sitúan como una de las ensayistas más sugerentes de nuestra
lengua.