Ellos y ellas, las poetas rojas que disfrutan de las viandas impuras,
los poetas negros que arañan el corazón de la vida, nos ofrecerán una
lectura original de estos poemas…seguramente magnética. Y hasta
magnetizadora.
¿Qué sentido tiene todavía hoy la poesía? ¿Adónde lleva, o debería
llevar, la escritura y la lectura de un poema? ¿De qué manera podría
afirmarse y hacerse oír en un mundo que odia la poesía porque ama la
publicidad?
La poesía solo puede ser, y es, exploración del lenguaje, reflejo de
su esplendor y de su opacidad, cartografía de sus arenas movedizas y de
sus paraísos perdidos, detector de mentiras de la lengua muerta,
instrumental y empobrecedora impuesta por la dominación. Y algo más: la
práctica radical del deseo, la creación y lo imaginario, ofrecida a
cualquiera que acepte sumergirse sin reservas en el remolino salvaje de
las palabras análogas, los significados imprevisibles, las quiebras del
discurso del orden y de la resignación. Se entiende entonces que poesía
es liberación del lenguaje, que es lo mismo que liberar al ser humano.
Es en este sentido que este libro recoge un conjunto de poemas de
veinte autores y autoras del grupo surrealista de Madrid y sus cómplices
y afines: para ofrecer los hallazgos y trofeos de tal exploración
colectiva, siempre provisional, jamás aislada ni única, tal vez común.
Pues como propone la introducción teórica que abre el volumen, estos
poemas, y la libre e irresponsable toma de la palabra que los funda,
quieren contribuir a la discusión y resolución de la crisis de la imaginación que atenaza a la causa de la libertad.
Y para eso son los poetas, y es allí adonde debe llevar la poesía. Cualquier otro destino sería mera y triste literatura.