Acompañados por el poeta Guillermo Marco
Un texto es un azar congelado, como bien señala el sociólogo Jesús Ibáñez. Pero la naturaleza azarosa de los textos no debiera ser, per se, del todo problemática. El verdadero problema de los azares congelados, según Ibáñez, es su obstinación por esconderse, por presentarse como necesidad, como inmutables. Si algo es necesario, no se puede cambiar. Así pasa con el sistema de las desigualdades sociales que nos diferencia, con el modo de producción que nos arrebata de nuestro medio, con el modo de dominación que nos obliga bajo su yugo.
Todos estos momentos de la realidad, ciertamente, son azares congelados: son así como podrían ser de otra forma, y por ello mismo pueden ser cambiados. La tarea del sociólogo debiera ser, en primer término, la de desnaturalizador: señalar, allí donde pueda, aquellas cosas que se erigen en la necesidad (pero solo aparentemente), como azares.