Acompañará a la autora Esther Ramón.
El acto tendrá lugar en la Imprenta Municipal (c/ de Concepción Jerónima 15).
Este libro es una canción en que la música dice y la palabra canta. Las
gotas líricas que componen el Nuevo orden de las cosas condensan la
experiencia de los días: los vividos, los soñados, los leídos. Oroza
parece haberlas recogido con un instrumento delicado y poderoso: ha
cubierto con una fina camisa de vidrio no las cosas ni los
acontecimientos sino su percepción en una sensibilidad, en «el núcleo
estratégico del goce», para decirlo con sus palabras.
El lector ideal de estas páginas, entonces, no es el aficionado al
azúcar rápido de la claridad vulgar sino el que se deja deslizar hasta
«el imán del cielo» (el imán, ahí, puede ser la piedra mágica, pero
también el que llama a la oración desde el alminar, que es como decir el
cielo) y rozar las frescas y a veces cálidas aguas del Laugarvatn, los
giros de un tango sobre el suelo, una doncella inca en Salta, el paso de
Antígona y de Ofelia, ese espacio donde el deshielo del glaciar (lo
único) da lugar a que «todos los ríos son el mismo / unos dentro de
otros» (la voluntad de unidad: el nuevo orden).
«Una mujer se cansa de ser hombre / como a Pablo Neruda le sucedía»;
después, tiene que «galopar aquel espanto». Este libro contiene un poema
fragmentario y esférico que no invoca un orden anterior sino que nace
ya nuevo como es siempre un buen poema. «Somos el deseo de nuestro
origen», dice Marina Oroza: un anhelo que, en su tensión pulsada, da
lugar a la modulación sostenida sobre el aire y el agua del Nuevo orden
de las cosas.