Marina
Carretero Gómez (1985) escribe para poder expresar la vida y elaborar la memoria,
desde niña el signo escrito le sirve mejor que el lenguaje hablado. Un intento
de entender el vacío dejado por la ausencia y conjugar la pérdida y, al fin, la
muerte. Tarea común a tantas poetas que la inspiran (Louise Glück, Chantal
Maillard, Idea Vilariño), el impulso de dar sentido a los interrogantes más
fundamentales.
Convierte
su búsqueda en estos poemas que surgen de la propia experiencia y que
interpelan sin filtros. A pesar de su juventud, asombra todo lo que condensa en
su poesía, vivencias que se corresponderían con una vida más larga, las sombras
que nos acompañan al transcurrir los años.