Exposición de 5 poemas concretos en alemán, inglés y castellano, euskera, catalán y francés del 21 de marzo al 4 de abril.
«En el diccionario», nos dice
José Ortega y Gasset, «las palabras son posibles
significaciones, pero no dicen nada. Son curiosos estos obesísimos libros que
llamamos diccionarios, vocabularios, léxicos: en ellos están todas las palabras
de una lengua y, sin embargo, el autor de ellos es el único hombre que cuando
las escribe no las dice.»
Diccionario
poético no es un diccionario al uso. A diferencia de esa clase de libros
obesísimos, cuya naturaleza es convencional, genérica e impersonal, y por eso
sólo pueden ofrecer sugerencias de significación, quedando reservado al buen
sentido del lector su aplicación según los casos, el Diccionario poético, y eso es lo raro y singular del libro, es, en
cierto modo, lo contrario de un diccionario: en vez de convencional es
original, en vez de genérico es concreto, en vez de impersonal es personal. La
significación que da a sus palabras el autor no deriva de una convención, sino del
trato personalísimo que éste tiene con las palabras. Pero el Diccionario poético es también un
diccionario, y lo es en razón de que el autor hace el registro de un buen
elenco de vocablos y nos brinda la definición de esos vocablos, o sea, a
grandes rasgos, la significación o significaciones de las palabras registradas.
Ahora bien, al registrar las palabras, y darnos su
definición o significación, lo que el autor del Diccionario poético ofrece al lector es su aportación poética personal,
la significación que la inspiración le depara a la vista ─o, mejor dicho, a la
audición─ de cada palabra. ¿No demuestra Carlos de Gredos estar inspirado
cuando define al INFIERNO como el infinito enfermo, a la HOSPEDERÍA como el
lugar donde descansan los pies del hombre, al SEPULCRO como el lugar de la
pulcritud o de la invitación a la limpieza, y al DICCIONARIO como el almacén de
la buena dicción?
De los ejemplos que acabo de poner, el lector puede
hacerse una idea del Diccionario poético.
En primer lugar puede ver que es un diccionario tan «completo» que incluso
contiene la palabra DICCIONARIO, o sea, que se contiene a sí mismo… como palabra. Y, en segundo lugar, puede
ver que Carlos de Gredos logra a menudo la inspiración mediante técnicas morfo-fonéticas
o anagramáticas. O, lo que viene a ser lo mismo, se fija en el campo de juego
morfo-fonético de las palabras al tiempo que adopta como plano de referencia el
castellano, el latín y otras lenguas, como el griego y el inglés. Por ejemplo:
─ el castellano se destaca en la definición de VIDA
como el viaje de ida; o en la de MENTIRAS como la mente deshecha en tiras;
─ el latín, en ALUMBRAR entendido como proyectar
sombra, o en TUMULTO, como tú muchas veces;
─ el griego se ve en PROTOCOLO, definido como arte de
colocar al primero;
─ y el inglés, en SONRISA: la salida del Sol (o sea, sun y rise.)
¿Qué es lo que pretende Carlos de Gredos con su
peculiar diccionario? Yo creo que invitarnos a pensar en las palabras y, al
hilo de esos pensamientos, a pensar en la vida que las palabras inspiran. De
ahí que su libro pueda ser visto como una especie de manual de meditaciones
quintaesenciadas en la forma de definiciones de palabras, según el momento y la
sensibilidad lingüística se las han dado a entender al autor. De ese modo, éste
nos viene a decir que ante las palabras lo que debemos hacer es sorprender sus
secretos, sus significaciones ocultas. .
Singular poesía la del
Diccionario poético de Carlos de
Gredos. Una poesía que se sirve de las palabras a fin de hallar en ellas un resorte
para cambiar la vida.
Extracto del prólogo de Ignacio
Gómez de Liaño titulado
“La tierra y las palabras”.