viernes, 6 de julio de 2012

Presentación LA BALADA DEL METRO SIN PUERTAS - sábado 7 a las 19:00 horas

La balada del metro sin puertas
David Antona González

Contaremos con la presencia del autor y del editor


La balada del metro sin puertas es una obra excepcionalmente bella y extraña. La indiscutible belleza, densidad narrativa y calidez de esta obra -una novela filosófica escrita con un gran pulso, pero también una especie de tratado íntimo sobre la vida moderna y la condición humana-, fluyen a través de un protagonista que describe a esos hombres y mujeres empeñados en vivir “la trama dura y luminosa de los días y las horas sucediéndose a sí mismos; de los gestos humildes y repetidos que son la forma que adopta la vida del hombre cuando no se escucha vivir, cuando no le traspasa la duda, cuando no le corroe la visión de los hombres y de las mujeres que no conocerá jamás; cuando no lo atenaza el deseo de socavar su sangre y de dejar al aire el pulso secreto que discurre por debajo de ella”.

:: Acerca del autor.
Resistente y persistente, el rastro de David Antona González se remonta a finales de los años cincuenta y primeros sesenta, ya en París, tras dejar una España dominada por el fascismo y engrosar la resistencia libertaria en el exilio. Allí, junto a jóvenes libertarios, participó en la histórica revista Presencia, así como vivió el Mayo francés y un sinfín de aventuras. En los años setenta, fue detenido al llegar a la estación de Chamartín procedente de París y condenado a ocho meses de cárcel por “propaganda ilegal”. Cumplió un mes de cárcel en Carabanchel y, tras ser puesto en libertad provisional, más tarde pudo regresar a España. Tiempo después, publicó su primera novela titulada El río en la sangre (Queimada Ediciones). Recientemente, estos humildes editores se quedaron completamente fascinados ante este increíble hallazgo: la brillantísima producción literaria, actualmente sin publicar, de este “novel” escritor, auténtico diamante en bruto cuyos intereses no pueden ser más afines y profundos: Erik Satie, Baroja, la Utopía o el “vino del fin del mundo”.