martes, 20 de septiembre de 2011

Presentación nueva edición La Regenta - Viernes 23 de septiembre JAVIER PASTOR (prologuista)


La reedición, en esta ocasión por los Grandes Clásicos Mondadori, de una obra mayor como La Regenta es siempre motivo de celebración y más teniendo en cuenta que se trata de una novela asombrosamente incomprendida y maltratada desde su mismo nacimiento. Comparable en maestría literaria a cualquiera de las grandes del XIX, sorprende, desde una perspectiva contemporánea, la agudeza y actualidad —de la corrupción política al poder de la Iglesia, de la hipocresía burguesa a la omnipresencia del sexo— de la disección que Clarín practica sobre la sociedad de la Restauración: diríase que por ciertas constantes no ha pasado el tiempo. En Enclave de Libros proponemos un acercamiento y una invitación entusiasta a su lectura de la mano de Javier Pastor, autor del prólogo.

Extractos del prólogo de La Regenta

…Un autor medroso habría diluido la acidez recurriendo a épocas lejanas o lugares menos comprometidos, pero el tiempo en que transcurre La Regenta se conjetura entre 1877 y 1880 y el millar de páginas que narra su peripecia fue escrito entre 1883 y 1885 a una velo¬cidad, a la vista de la filigrana del producto, casi arrogante («... de mí puedo decir que o escribo deprisa o no escribo», carta a José Yxart, 28-X-1887). Los principios del naturalismo zoliano que ha importado y difundido exigen que la primera inspiración de la obra artística se obtenga de la observación minuciosa y desprejuiciada del entorno: la recomposición de ese segmento de realidad tendrá ca¬rácter experimental, con un respeto absoluto a las leyes de conducta de los elementos que uno ha seleccionado y puesto a cocer en su caldo de cultivo —y de ahí se derivará una imitación de la vida que dé cuenta de su extraordinaria complejidad, atenta a la totalidad de sus planos sin privilegiar ninguno, una ordenación posible del caos existencial derivada de fijar el comportamiento de unos personajes en interacción con su medio...

…Se ha sugerido que Alas proyecta de soslayo sobre la obra la decepción inmensa de sus ideales modernos, alentados por la Gloriosa revolución del 68 y el Sexenio Democrático y defraudados por la Restauración. Desde luego, la presunta objetividad de su mirada no atiende sino a los aspectos más negativos de lo que le rodea: el anhelo de amor infinito, divino y humano, de Ana Ozores, la carencia de una madre que la besara y de un hijo a quien besar, su gusto sencillo por la naturaleza, la poesía, la compañía de amigos, la elevada comunión de dos espíritus afines, las virtudes simples, su sensibilidad teresiana a la manifestación de lo divino en el hecho más nimio, la al cabo legítima aspiración a una felicidad modesta pero genuina son volcados en la tolva de Vetusta y triturados junto con un amasijo de inmundicia...

…La rotundidad con que la novela, creando sus propias leyes y condiciones de existencia, hipertrofia aquellos atributos de que supuestamente carece, revienta las costuras de su corsé natura¬lista. Quizá hasta empezando a cuestionar con gravedad, desde una singularidad narrativa aún muy decimonónica, presuntuosas mimesis: esos límites entre lenguaje y mundo, entre lo que puede ser dicho y lo inefable, revolucionados por vía lógica y filosófica en el primer tercio del siglo XX en paralelo a una salvaje subversión, por medios artísticos, de vínculos hasta hace poco intocables entre la realidad y sus representaciones...


Javier Pastor (Madrid, 1962) ha publicado las novelas Fragmenta (Lumen, 1999), Esa ciudad (Bruguera, 2006), Mate Jaque (Mondadori, 2009)