domingo, 11 de abril de 2010

Presentación del libro "iNSTINTO DE MUERTE"de J. Mesrine


“Instinto de muerte” de JACQUES MESRINE
a cargo de
Enrique Bienzobas y Eugenio Castro
Fecha: jueves, 15 de abril de 2010
Hora: 19:30 - 21:00
Lugar: Enclave de Libros
Calle: Relatores, 16
Ciudad o población: Madrid, Spain

"La autobiografía de Jacques Mesrine es un buen argumento para una buena novela negra. Se ha repetido hasta la saciedad aquello de que la realidad supera a la ficción. Si analizamos la ficción, salvo pocos casos, en la actualidad los escritores de novela negra siguen las pautas del naturalismo de Zola, es decir, los escritores se convierten en
notarios que levantan acta de la realidad social. Pocos escritores, y en la mente así de pronto tengo pocos nombres, John Connolly, el escritor británico que se va a los USA a ambientar sus mágicas historias, al madrileño Oscar Urra, que siempre tiene en cuenta el elemento mágico en las historias del detective Julio Cabria, al astur leonés Alejandro M. Gallo, quien no duda en hablar de los hechizos de la montaña, o de la mina..., y pocos más. Hoy la novela negra aporta muy poco a la literatura. Por eso, recurrir a la realidad, a ese mundo donde el habla, el misterio, la magia..., nos rodean, es un ejercicio de independencia. La autobiografía de Mesrine, escrita en la cárcel de máxima seguridad de La Santé (de donde se fugó pocos meses después), pone el sello final a su vertiginosa y transgresiva carrera criminal, a su constante y desesperado desafío a la mediocridad y a la sumisión.”

(Enrique Bienzobas Castaño)

[...] Había adquirido la costumbre de mirar a mi alrededor, de fijarme en todos los que se cruzaban conmigo en la calle, en el metro, en el pequeño restaurante donde comía al mediodía. ¿Qué era lo que veía? Caras tristes, miradas cansadas, individuos agotados por un trabajo mal pagado, pero constreñidos a hacerlo para sobrevivir y que no podían permitirse más que el estricto mínimo. Seres condenados a la mediocridad perpetua. Seres que se asemejaban entre sí por la vestimenta y los problemas financieros de fin de mes. Seres incapaces de satisfacer sus menores deseos, condenados a ser eternos soñadores ante los escaparates de las tiendas de lujo y de las agencias de viajes. Estómagos acostumbrados al menú del día y al vaso de tinto corriente. Seres que conocen su porvenir, porque no tienen. Autómatas explotados y controlados, más respetuosos de las leyes por miedo que por integridad moral. Seres sometidos, vencidos, esclavos del despertador. Yo formaba parte de esa mayoría por obligación, pero me sentía ajeno a ella. No la aceptaba. No quería que mi vida estuviera reglamentada de antemano o decidida por otros. Si a las seis de la mañana tenía ganas de hacer el amor, quería tomarme el tiempo de hacerlo sin tener que mirar al reloj. Quería vivir sin horario fijo, pues estaba convencido de que la primera coacción del hombre comenzó en el instante en que se puso a calcular el tiempo. En mi cerebro resonaban las frases habituales de la existencia de todos los días. No tengo tiempo de? Llegar a tiempo? Ganar tiempo? Perder el tiempo? Yo quería «tener tiempo para vivir» y el único medio de poder hacerlo era no ser su esclavo. Sabía que era una teoría irracional, inservible para fundar una sociedad. Pero ¿qué sociedad era aquella, con sus bonitos principios y sus leyes? [...] (J. Mesrine – Instinto de muerte)

Adjuntamos sintética biografía de Jacques Mesrine.
Notas biográficas

Jacques Mesrine nace el 28 de diciembre 1936 en París, en una familia de clase media. Le expulsan de dos escuelas por su agresividad y deja de estudiar. Se casa joven con una joven martiniqueña, de la cual pronto se separa. Se va a Argelia y es entrenado por la OAS. Se casa otra vez en 1961 con Soledad, española a la que conoció en la Costa Brava.
Trafica con armas, roba bancos, se enamora de una prostituta, Jeanne Schneider, con ella se va a Canadá. Secuestran a un anciano millonario, piden rescate, pero les sale mal. Huyen y en un Motel donde se alojan aparece estrangulada la dueña. Le detiene la policía y le condenan a 15 años de cárcel. Se fuga.
Sus fugas serán desde entonces espectaculares. Es un genio del disfraz. Con un cómplice se esconden en un bosque y matan a los dos viejos guardabosques que les intentan detener. A la semana están robando un banco y a los tres días lo roban de nuevo. Los "robos en cadena" son su modus operandi. Huye a Venezuela, la Interpol le localiza y consigue volver a Francia. En París, en dos semanas comete doce delitos. Alquila varios pisos francos, donde almacena un arsenal de armas. La policía da con él y huye hiriendo de un disparo a un guardia. Las entrevistas que concede a periodistas le hacen famoso.
Se le llama "El enemigo público número 1", cosa que le encanta. Por fin le detiene la policía y confiesa haber matado a 39 personas, lo que es una invención, pero los titulares de la Prensa son suyos. Encerrado en La Santé de París, prisión de máxima seguridad, escribe su autobiografía que es una novela de aventuras. En el juicio se presenta como un gran actor y el público le aplaude. Se gana el apelativo de “Robin Hood” de las calles de París.
La autobiografía sale clandestinamente de la cárcel y se publica con el título de "L´instinct de Mort" (El instinto asesino). Con más osadía que nunca, consigue lo que nadie ha hecho, escapar de La Santé con dos compañeros, uno de lo cuales muere de un disparo de la policía.
La Policía crea una "Brigada especial" para capturarle por orden del propio Presidente Giscard. Poco después asesina a un periodista, Jacques Tillier, por haberle traicionado. Se refugia en Montmartre y se viste de anciano con pelucas diversas, pero a través de su cómplice, la Policía descubre su escondrijo y lo rodea. Cuando sale en un BMW le cortan el paso dos camionetas con toldo que van cargadas de tiradores de la policía. Sin avisar, levantan los toldos y le cosen el coche a balazos. Muere en el acto, pero un policía se acerca y le dispara un tiro de gracia en la cabeza por si acaso. Fue una ejecución sin juicio previo. Fue enterrado en el cementerio de Clichy en la tumba de sus padres.