sábado, 26 de noviembre de 2011
Presentación libro - HISTORIA DEL PRÍNCIPE BIRIBINKER - miércoles 30/11 a las 20:00
Historia del príncipe Biribinker
No es una obra autónoma, sino un fragmento, un “relato dentro del relato” (como El curioso impertinente dentro del Quijote) de la novela El triunfo de la naturaleza sobre la ilusión, o las aventuras de Don Silvio de Rosalva.
Es una meditación sobre el amor y el odio, el destino y el libre albedrío, la belleza y la fealdad, la inocencia y la culpa, lo real y lo irreal y donde el lector trabará conocimiento inolvidable con seres poco vulgares, como los magos Caramusal y Padmanaba, las inmortales hadas Caprosina, Mirabella y Cristalina, la mortal zagala que ordeña cabras color azul celeste, hortalizas e insectos que filosofan, salamandras, salamandros y, muy en particular, el enano Grigri, cuyo raro poder hace que la vida sea divertida para las damas y para él y, por tanto, digna de ser vivida y perpetuada.
Christoph Martin Wieland (Biberach, 1773 – Weimar, 1813)
Escritor alemán contemporáneo de Goethe, Herder y Schiller. Los cuatro son figuras destacadísimas del clasicismo alemán en el pre-romanticismo.
Wieland tuvo una gran influencia en la literatura alemana de su época. Es una de las cumbres de la prosa alemana de todos los tiempos, así como una figura paradigmática del espíritu de la ilustración alemana.
Entre la obra de Wieland destacan en una primara etapa: La naturaleza de las cosas (1752), Cartas morales y Anti-Ovidio, del mismo año, Cartas de difuntos a amigos sobrevivientes (1753), La prueba de Abraham (1753) y Sentimientos de un cristiano (1757). Hacia 1760, tras recibir la influencia de Luciano, Horacio, Cervantes, Shaftessbury, D’Alembert y Voltaire que le llevaron al escepticismo francés del siglo XVIII, su posterior producción. Narrador, poeta y traductor, posteriormente Agathon (1766), Idris y Zenida y Musarion (1768), Diógenes (1770), El espejo de oro (1772), así como las primeras traducciones que se hicieron a esa lengua de Shakespeare, Horacio, Luciano y Cicerón.