sábado, 21 de enero de 2012

Presentación debate - VIVIR EN DEUDOCRACIA - Jueves 26/01 a las 19:30

Estimad@ soci@s, os invitamos a la presentación/debate del libro “Vivir en deudocracia” (Icaria, 2011) y a poner en común ideas y formas de oposición.
Será el jueves 26 de enero, a las 19,30 h. en Enclave y será a cargo de Alfredo Sánchez Alberca (miembro de Ecologistas en acción y de ¿Quién debe a quién?)


10 mentiras 10 (hay más)

1- los mercados financieros son eficientes
2- los mercados financieros favorecen el crecimiento económico
3- los mercados evalúan correctamente la solvencia de los Estados
4- el aumento de la deuda pública es el resultado de un gasto excesivo
5- hay que recortar el gasto público para reducir la deuda
6- la deuda pública descarga el peso de nuestros excesos sobre nuestros nietos
7- hay que tranquilizar los mercados financieros para financiar la deuda pública
8- la Unión Europea defiende el modelo social europeo
9- el euro es un escudo contra la crisis
10- la crisis griega ha llevado a un gobierno de la crisis europea más fuerte

Y así fue que fue que la plutocracia mundial accionó la última fase de la mayor barbarie conocida, el estrangulamiento capitalista: después de enriquecerse con los bienes naturales y públicos de los países del Sur, del Norte, del Este y del Oeste; después de explotar hasta la muerte a las y los trabajadores del mundo, especialmente las mujeres; después de ganar dinero especulando con todo, incluso con el hambre; después de inventarse burbujas hipotecarias o puntocom; y a punto de agotarse el enriquecimiento a base de canjear capitales financieros ficticios, observaron ingeniosos que la última fórmula para incrementar sus beneficios era acumular el dinero futuro, el que estaba por imprimir, robando lo que pertenecería a nietos y nietas: LA DEUDA.
(extracto del prólogo de Gustavo Duch Guillot de Vivir en deudocracia, Icaria, 2011)

Las conductas de política económica que se están imponiendo a Italia, Grecia, Portugal y España no tienen por objetivo el saneamiento de las cuentas públicas, sino de sancionar explícitamente la primacía del poder económico-financiero sobre el poder político (desde el control social político-mediático al control disciplinario del sector financiero). El caso de Grecia es emblemático. El objetivo de reconstruir una autonomía posible de la política respecto de los diktat económicos-financieros ha fracasado. Es evidente que la democracia no casa con las finanzas, y tampoco es una novedad: treinta años de liberalismo capitalista han hecho creer (a quien quería y tenía interés en creerlo) que la jerarquía de mercado (ideológicamente llamada “libre mercado”) podía ser compatible con el ejercicio democrático, aunque solo formal, del voto. La crisis de la deuda soberana ha rasgado este miserable velo. El rey está desnudo, aunque nadie (sobre todo en la izquierda) parezca darse cuenta...