domingo, 20 de junio de 2010
Recital/Concierto de MARIEM HASSAN la voz del desierto
jueves 24 de junio a las 20:00 horas en Enclave de Libros
Mariem Hassan es la voz más representativa de la música del Sáhara Occidental tanto que se la considera su embajadora. Ha sintetizado el espíritu del haul y, sin perder un ápice de su frescura lo ha situado en el siglo XXI.
Su último disco SHOUKA, publicado en enero de 2010, ya es un hito de la música saharaui. A diferencia de DESEOS, constituido por canciones grabadas en directo, se basa en el trabajo “ex novo” con Lamín Allal, un poeta hasaní. Juntos componen el núcleo principal del disco pensado en saharaui, para los saharauis y que contiene una cantata que, recorriendo de arriba a abajo las gamas y los ritmos del haul saharaui, contesta al conocido discurso que pronunciara Felipe González en los campamentos de refugiados al cumplirse el año de la invasión marroquí del Sáhara Occidental.
En el disco colaboran músicos de muy distinta procedencia, desde Haití a Irán, con algunos españoles. Sin embargo el núcleo fundamental lo conforman Lamgaifri Brahim, guitarras, Vadifa Mint El Hanevi, tebales y coros, y la propia Mariem. Ellos tres, con el concurso del poeta son los que han anclado con firmeza el trabajo en el haul tradicional. En todo momento la elaboración de Shouka ha seguido un proceso muy participativo, en el que siempre la decisión última ha estado en manos de Mariem. Es, sin duda, el disco más personal de cuantos ha grabado.
Mariem canta el Haul, un blues del desierto, interpretado históricamente con el tebal –tambor grande que tocan las mujeres con las manos- y la tidinit –especie de guitarra de cuatro cuerdas reemplazada en los últimos tiempos por la guitarra eléctrica.
Sus fluidas resonancias blues, que recuerdan el Eric Clapton de los primeros años 70, y la voz de Hassan, flotando por encima de todo, encantan por igual a los fan de Tinariwen, de Patty Smith y del country blues del Mississipi de Junior Kimbrough.
El disco despliega una suite que recorre de principio a fin las gamas y los ritmos de la singular música saharaui. SHOUKA se compone de canciones dedicadas a su familia y a su pueblo. Nos encontramos con una cariñosa “Alu ummi”, disfrazada de conversación telefó¬nica para su madre. “Salem”, para su hijo menor, un canto jovial, lleno de espe¬ranza tras los sufrimientos de una infancia y una pubertad marcada por la enfermedad. El canto desgarra¬do por tantas niñas maltratadas y agredidas por los invasores, plas¬mado en “Tefla madlouma”, y el homenaje al barrio más luchador del Aaiún, “Maatal-la”. Para los compañeros, músicos y artistas, la canción que abre el dis¬co, “Azzagafa” (La cultura), para que no cejen en el doble objetivo de mantener vivo el hilo que los une a la tradición y de combatir con sus creaciones al enemigo. Y también el recuerdo cariñoso al que fue su guitarrista y ami¬go durante muchos años, “Baba Salama”, muerto de leucemia en el 2005. Y, cómo no, un puñado de cancio¬nes tradicionales remozadas, que sin perder sus raíces en el Azawan, brillan con nuevos bríos. Cantos de boda, Medej, o evocaciones de parajes hoy inaccesibles.
La base musical reposa en las sólidas manos de Vadiya Mint El Hanevi, percusionista, bailarina, jaleadora sin par y corista; de La¬mgaifri Brahim, guitarrista, y de la propia Mariem. Completan el grupo, el guitarrista senegalés Malick Diaw; los espa¬ñoles Kepa Osés, bajo, Hugo Wes¬terdahl, bajo, Josemi Sánchez, guitarra, Jaime Muñoz, flautas; los iraníes Behnam Samani, daff y tonbak, y Davood Varzideh, ney; y el percusionista cubano-haitiano, Mel Seme.
Música desde el corazón, desde la determinación de un pueblo entero.