domingo, 23 de mayo de 2010
ALICIA ¡Qué Maravillas!
Hay personajes imaginarios que permanecen en el inconsciente con extraordinario agrado del anfitrión. Es el caso de Alicia, cuya divulgación alcanza el 90% de los idiomas del mundo: diecisiete transposiciones cinematográficas desde 1903, hasta la recién estrenada de Tim Burton; cantidades de reinterpretaciones y citas en otros libros; tebeos y novelas gráficas, ilustración y pintura, música y videojuegos. Sospechamos que ese cosquilleo resulte del roce con algo muy íntimo, algo que tiene que ver con el estar en el mundo de lo humano, y que se mofa sin pavor de su mismo sentido.
Espléndidas palabras insólitas, esotéricas, claves, códigos y desciframientos; dibujos y fotos; un contenido psicoanalítico profundo, un formalismo lógico y lingüístico ejemplar. Y más allá del placer actual algo diferente, un juego del sentido y del sinsentido, un caoscosmos (G. Deleuze- Lógica del sentido, prologo)
Sin embargo, aunque Alicia se integra con cierta naturalidad al mundo fantástico al cual accede, sus convicciones morales y sus presuposiciones sobre el mundo anterior entran constantemente en contradicción con las de aquél, poniendo en relieve sus problemas de identidad relacionados con hechos trascendentes, como los cambios corporales, el devenir, el ser y la soledad, como expresión de esta contradicción.
En el punto de mira de Carroll, a través de las peripecias de la pequeña Alicia, están “la vanidad de las afirmaciones, la falsedad de los rituales, la perentoria nimiedad de los que toman siempre todo demasiado en serio, de los que de todas formas hacen triunfar tan solo este lado del espejo, y nunca su más allá, porqué le temen. Si cabe extraer un sentido pedagógico de las aventuras de Alicia, en tiempos de desaparición de la idea de un futuro “progresivo y feliz” y del principio de autoridad, quizás consista en educar a los jóvenes en la búsqueda activa del cambio y de la interdependencia, entendida como posibilidad de una vida compartida, en la que los cuerpos vuelven a ponerse en juego. Un juego de fragilidades, sentidos y sinsentidos, de sensibilidades, deseos y sueños.
Los promotores de este encuentro son:
· los amigos de Enclave: Valentina, María y Pino
· una fan de Alicia, Juli Perpen propietaria de una tienda de té y especias
· un actor/performer/escritor, Rafa Ibáñez
· la escritora Rosa Aliaga
· dos chicos Elena Valerio y Adrián López y su profesora Rosa Linares
Lecturas, proyecciones, cuentos, performances, ideas, y por supuesto una merienda de locos. Este proyecto nos ha acercado, posiblemente en algo nos haya cambiado.
En poco más de una hora, el viernes 28 de mayo, a partir de las 19,30 horas, os lo ofrecemos,contando con vuestra participación y sonrisa.